Javier Ceballos Jiménez: Enrique Vila-Matas: El viento ligero en Parma


Idioma original: español
Año de publicación: 2008
Valoración: muy recomendable

Sábado del verano Occidental. Vayamos rapidito que hay que ir a la playa. Reseña breve y a volar.
Porque qué más puedo decir. Con excepciones señaladas (Bartleby y Compañía me pareció algo proclive a la espesura y Lejos de Veracruz excesivamente evanescente) todo lo que he leído de Vila-Matas me ha parecido excelente. Si fuera un poquito menos tímido y le diera por meterse en vericuetos socio-políticos ríete tú de Javier Marías. Bueno, y si escribiese para ese panfleto socialfakedemócrata llamado El País. Pero no lo hace, puede que lo haya hecho alguna vez y no voy a mirarlo (hay que ir a la playa), Vila-Matas dosifica su presencia en los medios y siempre que está presente lo hace con pretextos relacionados con lo literario.
Cómo se mueve el tío en ese contexto. Sí, argumentos no le faltarán a quienes se hastían de sus devaneos yoístas y de su manera de aparecer de una forma u otra en todos sus escritos. Pero si va a hacerlo como lo hizo en su  Dietario voluble o como lo hace en este compendio de artículos que hasta ayer yo ni conocía y resulta que Sexto Piso publicó hace una década, ahí estaré para leerle y empaparme de su prosa impoluta, de su enorme respeto a la gramática, de su legibilidad, de su conocimiento canónico de escritor tras escritor uno tras de otro, de su persistente tono irónico elegantemente oculto en cada frase y sobre todo en las autoreferentes. Aquí hay una veintena larga de pruebas con muy pocos resquicios. Quizás algún concepto en un artículo o una anécdota o una cita que vuelve a aparecer unas páginas más allá que puede ser unos años porque hay artículos aquí de distintas épocas y el hombre ha sido prolífico. De hecho uno de ellos es una curiosa retrospectiva que Vila-Matas hace su propia obra y que resulta ser tan estimulante del apetito. En ciertos artículos se entrega a disquisiciones sobre el proceso creativo relacionadas con algunas de sus obras. Siempre de forma amena, con una erudición natura y nada engreída. En otros recrea su cosmos de amistades literarias y sus viajes en distintas fases del proceso de inspiración (algunos en su búsqueda, otros supongo que disfrutando de sus merecidos royalties) y visita Mérida en Venezuela - fascinante pasaje de aires mannianos para alcanzar un hotel situado en los Andes, visita Parma, claro, pasea por Barcelona y habla de las aceras de la Diagonal, visita Lisboa - descomunal panegírico el le que dedica entre líneas - y menciona a autores favoritos y de su entorno (los mezcla al gusto) como Pérec, Gobrowitz, Pessoa, Villoro, Fresán, Cercas...y claro, cómo no iba a seducirme a mí... a Roberto Bolaño le dedica un par de artículos que algunos tildarán, obvio, de parciales y hasta de corporativistas, pero ahí están, generando frases para fajines y para ilustrar coloquios y demostrando a quien quiera la apuesta segura que es Vila-Matas a la hora de disfrutar de un escritor de tomo y lomo. 
Leo un día de estos El viaje vertical y lo juro que ya no reseño nada más aquí de él. 
(A partir de ese momento, seguiré leyéndole por puro placer, como deberíais hacer vosotros.)


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