Javier Ceballos Jiménez: Natalia Ginzburg: Sagitario

Idioma original: Italiano
Título original: Sagittario
Año de publicación original: 1957
Año de publicación de esta edición: 2018
Traducción al catalán: Marina Laboreo Roig
Valoración: Muy recomendable

Edicions de la ela geminada publicará, por primera vez en catalán, las cinco novelas breves de Natalia Ginzburg. Actualmente van por la cuarta, titulada Sagitario. Ésta, igual que las que la preceden, me ha encantado. Está escrita con sencillez, aunque no por ello la prosa de Ginzburg deja de ser lúcida y cautivadora. Tiene unos personajes complejos con los que no es difícil simpatizar. Aborda temas profundos, como la confianza y el desengaño, siempre de manera humilde, sin subestimarlos ni sin caer en la pretenciosidad a la hora de exponerlos. Y su tono es entrañable, amargo y cáusticamente cómico al mismo tiempo.

En Sagitario encontramos elementos recurrentes en varias de las novelas cortas de Ginzburz. Algunos son de una relevancia meramente anecdótica; por ejemplo, la hermana mayor que vive en la ciudad y da clases particulares. Sin embargo, hay otros mucho más significativos. Uno de ellos es la elección de la narradora, siempre un personaje femenino (que aquí se sitúa en segundo plano, como en Valentino, en vez de ostentar el protagonismo de El camino que lleva a la ciudad Así fue). Y es que gracias a la narración en primera persona, Ginzburg da voz a unos personajes que pocos escritores considerarían interesantes, a esas mujeres silenciosas de las que habla Ignacio Martínez en un artículo bastante conseguido. Otro elemento recurrente que vemos en Sagitario es el uso de un lenguaje plano, hasta repetitivo a veces, para dar credibilidad al personaje que lo emplea. Porque donde Alberto Moravia tropieza, Ginzburg acierta de lleno; aquí, los italianos de procedencia humilde hablan, precisamente, como italianos de procedencia humilde. ¡Gracias!

Por último, nada malo puedo decir sobre esta edición de Sagitario. La traducción al catalán, a cargo de Marina Laboreo, mantiene impecablemente el estilo y la sensibilidad de la pluma de Ginzburg. En cuanto a aspectos más técnicos, el libro está bien cosido y la impresión es muy digna (esto último fallaba en otras novelas cortas de Ginzburg publicadas por la editorial, como Así fue). Ah, y para ilustrar su cubierta, Sagitario tiene una pintura de Piero Marussig. ¿Qué más puede pedir un amante del arte como yo?

Así pues, sólo me queda repetir una y otra vez que debéis leer a Ginzburg. Llevo dos meses devorando todo lo que encuentro de esta escritora, y creo poder decir que es una firme candidata para ostentar el puesto de mi descubrimiento literario del 2018. De por sí, Ginzburg es una autora excelente, pero es que en su vertiente narrativa me parece todavía más poderosa que cuando aborda el ensayo o el teatro. Y sus novelas cortas son, fácilmente, una de sus propuestas más ambiciosas. Avisados estáis. 

También de Natalia Ginzburg en ULAD: Querido Miguel, Así fue


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