Javier Ceballos Jiménez: Malditas cubiertas: «Lolita» de Vladimir Nabokov

Sesenta años después de su publicación, Lolita sigue generando controversia. Si a eso le sumamos que en 2.018 (el año del #MeToo) Anagrama reeditó su «biblioteca Nabokov» y puso en crisis sus propias cubiertas de este clásico indiscutible, el resultado es que las redes están on fire y que no se puede añadir nada que no se haya dicho ya. Pero en ULAD somos como somos, el próximo 1 de marzo celebramos nuestro décimo aniversario y además, siempre intentamos darles a nuestros lectores una visión genuina sobre cualquier cuestión relacionada con libros o literatura. Por lo que aquí va otra entrega de nuestra serie MALDITAS CUBIERTAS.

Así como la profusión de cubiertas fallidas de Marianela estaba propiciada por haber faltado a la condición necesaria de leer la novela, las cubiertas de Lolita nos ponen frente al dilema de dilucidar qué es más grave: si el hecho de no leer (por ignorancia o por desidia) o el hecho de sí leer pero no enterarse de un carajo. Por ello, las cubiertas de Lolita recopiladas a continuación se agrupan según lo que cada editorial debió entender en su momento sobre la historia y su protagonista.

1. PELIGRO: FINCA VIGILADA POR NÍNFULAS
Todavía hay quien tiene serias dudas a día de hoy de que Humbert Humbert fuera realmente un puto pederasta de mierda (en adelante, PPM) y no un pobre hombre con una digamos— alta sensibilidad hacia la belleza femenina en fase infantil, enamorado sin remedio de una nínfula lúbrica y manipuladora. Y tal vez por eso, el mercado está saturado de ediciones de Lolita que muestran todo el abanico de actitudes que, efectivamente, adoptan las niñas cuando se encuentran a solas con un hombre adulto al que apenas conocen.

a) Las que sonríen complacidas al sentirse observadas o sostienen la mirada con coquetería.
b) Las que se exhiben abiertamente.
c) Las que adoptan la actitud de una mujer adulta que ha pasado demasiado rato sentada junto al brasero.
Viendo esto, podría pensarse que, de ser más explícitos, Lolita acabaría en los estantes de «revistas para adultos», sin embargo…

d) …la industria editorial no pudo resistirse ante semejante nicho de mercado y además ¿Quién dice que el gremio del transporte pesado por carretera no lee? 

2. CUANDO UN DEDO APUNTA AL CIELO... 
Como algunas voces argumentaron que las Lolitas lúbricas no reflejaban en absoluto el verdadero conflicto de la protagonista, las editoriales pusieron a trabajar a sus departamentos de I+D. Estos concluyeron que el conflicto de Lolita no era otro que el de una pobre niña víctima de sus propias hormonas de crecimiento. Porque, como todo el mundo sabe, cuando una se halla en esa frontera incierta donde la niñez da sus últimos coletazos, el cuerpo cambia a tal velocidad que obliga a enfrentar auténticas situaciones límite.:

a) Creces tan rápido que te ves obligada a hidratarte los labios constantemente para que no se te queden como una mandarina pelada.
b) Creces tan rápido que tu ropa encoje, ya no sabes ni el pie que calzas y a veces hasta tienes que recurrir al armario (y las pelucas) de tu vecina, la artista de variedades. 
c) Creces tan rápido que necesitas ingerir grandes cantidades de azúcar (desnuda) para que no te dé una hipoglucemia. 

Por incomprensible que parezca, muchas de estas ediciones fueron igualmente a parar a los estantes de «revistas para adultos».

3. PELIGRO: FINCA VIGILADA POR METÁFORAS 
En vista de los problemas suscitados con la representación del personaje de Lolita, algunos equipos creativos optaron por evitarla valiéndose de metáforas visuales: 
Por lo que se puede observar, Lolita es una bella mariposa que vuela (ejem) libremente y para la que la vida está pintada de color (ejem) rosa. Un día se va a Pachá y toma algo que no le sienta demasiado bien y empieza a tener visiones de fresones —unos enteros y otros partidos— que revolotean a su alrededor por lo que decide comprarse un refresco en una máquina de autovending pero, sin saber muy bien cómo, acaba (desnuda) dentro de la máquina. Enigma resuelto.

4. LO-LI-TA 
Tras la crisis de las Lolitas lúbricas y de las metáforas visuales, la desesperación llevó a alguien a utilizar una ouija para pedirle a Nabokov su sabio consejo. La respuesta resultó reveladora: «Leed la primera página, zánganos».

5. DOS PIERNAS
La vida editorial de las cubiertas «LOLITA» fue bastante corta porque, como dijo algún editor: la gente no se compra una novela para que esté toda llena de letras. Y se decidió que la mejor manera de mostrar a Lolita sin asumir riesgos era mostrando únicamente sus dos piernas. Porque, como todo el mundo sabe, la vida de una niña no da un vuelco atroz porque su madre se case con un PPM, si no por la maldita desgracia de haber nacido con dos piernas y de insistir constantemente en llamar la atención con ellas. 
Es por eso que Spiderman no se cansa de advertirles a todas las niñas con dos piernas que tener dos piernas implica una gran responsabilidad.

6. QUE ALGUIEN LLAME A LA IMPRENTA 
Ya hemos comentado este fenómeno en otra ocasión, y si una editorial puede cometer el despiste de publicar una porquería de novela y dejar en el cajón una potencial joya de la literatura, ¿por qué no puede publicar una novela con la portada de cualquier otra obra? 
1. Los chicos del maíz (Stephen King) 
2. Desayuno con diamantes (Truman Capote) 
3. Descalzos por el parque (Neil Simon) 
4. 50 sombras… 1, 2 y 3 (E.L. James) 
5. ¿Mujer raruna en atmósfera onírica? Algo de Murakami. 
6. Cualquier novedad chick-lit que te hará recobrar tu fe en el amor. 

7. DE PASTA DE BONIATO ME DEJAS, NABOKOV 
Porque Nabokov siempre sostuvo que Lolita era una pobre niña inocente que actúa sin imaginar que está siendo acechada por un PPM. Pero la opinión de Nabokov resultó ser tan poco relevante que llegó un momento (coincidente con el de su muerte) en que él mismo dejó de insistir en el asunto. Aún así llegaron al mercado algunas ediciones con cubiertas de niñas abstraídas en sus cosas de niña:
Sin embargo, estas estampas de infancia anodina no contentaban a aquellos que insistían en ver algo «feo» en la historia de la dulce Lolita, así que la industria editorial puso en el mercado unas cubiertas algo más incisivas, con la esperanza de congraciarse con dicho colectivo de titiriteros alborotadores: 
1. La ninfa mitológica que toca la flauta sin saber que en cualquier momento aparecerá Zeus disfrazado de toro o de cisne o de pizza-pepperoni con el objetivo de «raptarla».
2. La muñeca sin voluntad ni albedrío.
3. El rostro de una niña que apela al lector con su mirada triste. 
4. Una flor deshojada. Reconozco que es una metáfora muy manida pero hay que ver lo bien que se ajusta al caso. 
5. El encierro en una habitación rosa / Unas braguitas y dos piernas.

Y, ya para terminar, están esas cubiertas que no se andan con sutilezas y que no hace falta que nadie explique: 

La conclusión final no puede ser otra que la de culpar a Nabokov de tanta confusión. Nabokov y esa manía de escritor por seguir a rajatabla la norma narrativa que afirma: no lo digas, muéstralo. Porque si Nabokov hubiera dicho textualmente en sus páginas que Humbert Humbert era un PPM, nadie se habría quedado con la duda. Eso sí, Lolita tampoco sería un clásico indiscutible de la literatura tal como hoy la conocemos.

(Nota 1) Aunque no lo parezca, no podría haber escrito tantas tonterías juntas sin haberme documentado antes y por eso he leído CASI TODO lo que se había publicado en la red. Para ello he contado con la gran ayuda de una amiga documentalista (A. Cornet) que se mueve por internet con una gracia y una eficiencia que quitan verdaderamente el «sentío»
(Nota 2) La mayoría de las cubiertas que aparecen en el post están recogidas en esta página web. En ella figura el país, la editorial y el año de edición de cada una. 


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