Javier Ceballos Jiménez: Toni Amengual: Flowers for Franco


Idioma original: Fotografías
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy interesante

Los libros de Toni Amengual tienen la virtud de pulverizar la indiferencia. De conseguir que el lector –o mejor, el mirón- se vea interpelado, empujado a posicionarse, a responder a las imágenes que el fotógrafo captura para contarnos algo. Esas cápsulas visuales que contienen un lugar y un tiempo concreto, como son las fotografías de Toni Amengual (Palma, 1980), tienen para mí el mérito de dejarme casi siempre concernido, con frecuencia vapuleado, desasosegado, incómodo. Flowers for Franco es la entrega final de una trilogía en la que el autor fija su mirada, mantiene su narración, sobre la España contemporánea. 

Un proyecto que arrancó en 2014 con Pain, que le valió el premio PhotoEspaña 2015 al mejor libro autoeditado. Pain recogía 120 retratos realizados con la cámara del teléfono móvil entre los años 2010 y 2011 y daba el protagonismo a las personas anónimas y frágiles en las que más evidente y devastador era el efecto de la crisis económica. Pain jugaba con el nombre del país y con los colores de su bandera y era preciso atacar al libro con un objeto punzante o afilado para separar sus páginas y acceder al contenido. En 2015 apareció Devotos, que recoge en cuarenta imágenes y en un formato tipo acordeón (tanto da que da lo mismo) a los parroquianos que acudían a los actos electorales de los dos partidos mayoritarios del bipartidismo hegemónico desde la instauración de la monarquía parlamentaria en 1977 hasta estos últimos años, donde la oferta electoral parece haberse diversificado, al menos en número; para el caso Devotosvisualiza que aquellas multitudes de fieles parecían idénticas, que apenas se diferenciaban en su imagen de marca, en algún matiz, en un color corporativo.

Flowers for Francoincluye 47 fotografías tomadas entre 2011 y 2014 en el exterior del Valle de los Caídos, un santuario monumental y público en las cercanías de Madrid donde está sepultado y se ensalza la figura de Francisco Franco, el militar que lideró un golpe de Estado que en 1936 liquidó la República democrática tras una Guerra Civil de tres años y que gobernó el país como dictador durante 35 años más hasta su muerte natural. (Permítanme la contextualización; por este blog también pululan curiosos muy jóvenes y de muchos orígenes geográficos). Flowers for Franco se presenta como un misal, cuya visión y tacto nos hace retroceder unas cuantas décadas en el tiempo, con los bordes de sus páginas imitando un acabado en oro y el diseño de la cubierta recreando aquel estilo gráfico entre humilde y cafre.

Y las imágenes me vuelven a estremecer, a incomodar, a producir desazón, a generar indigestión. Rostros serios, adultos endomingados y parejas de domingueros, unos ofreciendo flores frescas en señal de agradecimiento y reconocimiento, otros curioseando, pasando el día retratándose lúdica, alegremente, en un mausoleo tétrico y grandilocuente, levantado por miles de presos esclavizados y en el que se almacenaron los restos de millares de allegados y cómplices de la dictadura pero también, y contra la voluntad de sus parientes, los de muchas víctimas del dictador. Mantenido con los impuestos de todos. Fondos oscuros, colores planos, sensación de frío, de desolación ambiental y emocional, figuras humanas y arquitectónicas simétricas, composiciones sorprendentes, rosarios y ramos de flores. Definitivamente, Flowers for Franco tiene la capacidad de someternos a lo ineludible de mirar, de mantener alta la mirada hacia aquellas partes de nuestra sociedad y de nuestra realidad cotidiana en las que no quisiéramos jamás reconocernos pero con los que toca convivir y competir. Leyendo libros. Mirando fotografías. O llenando urnas. Por ejemplo.





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