Javier Ceballos Jiménez: Joyce Carol Oates: Desmembrado

Idioma original: inglés
Título original: DIS MEM BER and Other Stories of Mistery and Suspense
Año de publicación: 2017 (como libro); entre 2015 y 2017 (en diferentes publicaciones)
Traducción: Patricia Antón
Valoración: entre recomendable y está bien

¡Hay que ver cómo es tía Joyce Carol! ¿Se pensaba alguien que, a la hora de publicar un libro de cuentos (uno más) lo iba a titular algo así como Las fábulas de tía Joyce Carol o Repostería narrativa con vuestra amiga y vecina Joyce Carol? Nada de eso: Desmembrado, que no es una metáfora, sino una historia con desmembramientos de verdad -incluso el título en inglés está "desmembrado"-, así, en plan gore... Pues menuda es ella, como ya sabrá cualquiera que haya leído sus libros.

Y eso que nadie lo diría, con la pinta de dulce ancianita que gasta... (hace poco ha cumplido 81 años): si la llamo, con familiaridad quizá excesiva, "tía Joyce Carol" es precisamente porque parece una de esas tías abuelas con aspecto algo extravagante a la que te llevan a ver de visita y te mete en el bolsillo pegajosos caramelos de menta. Una tía abuela a la que le gusta observar aves y cosas de ésas -en este libro hay un par de cuentos que lo confirman-, pero que luego tiene un punto más macabramente hardcore que un músico de black-metal escandinavo (bueno, menos Varg Vikernes, claro, que ése llevaba su macabrez a la práctica...). Si alguien tiene dudas al respecto, que le eche un vistazo a los relatos que componen este libro; casi todos ellos tienen en común tres cosas:

  1. Tienen como núcleo central algún comportamiento o situación violenta. A veces esta violencia es más explícita -de hecho, muy explícita- y en otras más difusa, o tarda en manifestarse, pero ahí está.
  2. Casi todos los cuentos -seis de siete- están protagonizados y narrados por mujeres. Esto no quiere decir (no nos apresuremos a sacar conclusiones) que las mujeres sean siempre las víctimas, o lo sean de un modo explícito: también pueden ser victimarias, como se dice tanto últimamente, o cómplices.
  3. En casi todos ellos -cinco y un tercio de siete, por decirlo así- hay un componente obsesivo, hasta el punto de que es la obsesión, más que la violencia, lo que parece el verdadero tema del libro. Aquí sí que está claro que quienes sufren esta obsesión son siempre mujeres. No sé si doña Joyce Carol pretende decirnos alguna cosa...
El cuento que se sale de la norma es el último del libro: ¡Bienvenidos al vuelo entre amigos!, una divertida parodia de las instrucciones que le da una compañía aérea a sus pasajeros. Humor negro-negrísimo, por supuesto... También se sale en gran medida Situaciones, que es un cuento algo enigmático dividido en tres partes y que me ha recordado algo al estilo y formas de Angela Carter. Los otros cinco sí que cumplen con claridad los tres puntos que he mencionado antes: todos ellos los protagonizan mujeres en aparente situación de debilidad, que sufren algún tipo de obsesión -no sólo con respecto a los hombres -Alida, la narradora de La chica ahogada tiene el seso absorbido por la historia de una chica que fue asesinada en su Universidad antes de llegar ella-, y en todos se da, en la realidad o en la imaginación -o en ambas, pues no siempre queda claro- alguna situación de extrema violencia. Alguno de los finales que da bastante abierto, de hecho, aunque el cuento quizá más logrado en lo puramente literario, Desengaño, también es el más previsible, según una célebre regla dramática que los lectores no dejarán de reconocer. El pasadizo, por su parte, adolece de todo lo contrario: sorprende (y perdón por el posible spoiler) con un exceso de giros finales, tras un desarrollo del relato que parecía ir por otro camino. Por último, Desmembrado y La garza azulada son dos cuentos bastante logrados, pero que dejan algún aspecto que otro deshilachado, aunque quizás esa fuera, justamente, la intención de su autora.

Espero que nadie piense, sobre todo tras leer el comienzo de la reseña, que mi valoración del libro está lastrada por prejuicios contra la literatura escrita por mujeres mayores. Muy al contrario: me parece un conjunto de relatos excelente, por encima de la media de lo que se suele leer y con un estilo y una agilidad narrativa envidiable, más aún si tenemos en cuenta que, según cabe suponer, su autora los escribió con setenta y tantos años. ¡Ya me gustaría a mí escribir así con esa edad... Vamos, y ahora también! En cuanto a lo de "tía Joyce Carol", es evidente que se trata de un apelativo cariñoso: Oates, junto con otras "tías abuelas" de la literatura como Margaret Atwood o Alice Munro es una de las grandes. Sin duda ninguna.

¡A ver si os enteráis, suecos!



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