Javier Ceballos Jiménez: Roald Dahl: La venganza es mía S.A.

Idioma original: inglés
Título original: Vengeance is Mine Inc.
Año de publicación: 1980
Traducción: Flora Casas
Valoración: entre recomendable y está bien

Es evidente que a estas alturas no es necesario presentar a Roald Dahl ni comenzar hablando de su legendaria maestría para el cuento. En esta recopilación de 1980 -con relatos ya publicados desde 1953 y, en algún caso, puede que escritos antes, ya que hay varias referencias a las carestías alimentarias de posguerra- nos encontramos con ocho de estos estupendos cuentos, una buena muestra de lo que era capaz el señor Dahl y, sobre todo, de su particular sentido del humor.

Un sentido del humor que, como es bien sabido y hasta célebre-, tendía a la ironía y el humor negro. Así sucede , por ejemplo -aunque sea de una forma bastante amable-,  en el primero de los relatos, que da título al libro y en el que unos jóvenes desocupados pero emprendedores decubren un nicho de mercado bastante peculiar. Una sátira sobre el sistema capitalista actual, si se quiere, o un simple cuento con una moraleja ambigua: a elegir por el consumidor... digo, lector. El segundo, El mayordomo, también incide en la ironía o incluso la parábola sarcásticapara criticar algún aspecto de la sociedad -en este cso, la obsesión por aparentar de los nuevos ricos-; el tercer cuento, en cambio, El señor Botibol, resulta inusualmente tierno, una cualidad que, en principio, no asociamos con la obra de Roald Dahl, por más que haya pasado a la posteridad literaria, en buena medida, como autor de libros infantiles. Aunque los niños, ya se sabe, son crueles... (o eso dice el tópico).

Los otros cinco cuentos forman una unidad, en cierto modo, puesto que están ambientadas en el mismo lugar y protagonizadas por los mismos personajes, Claud y Gordon, los encargados de la gasolinera de un pueblo de la campiña inglesa. Son unos cuentos estupendos. De hecho, uno de ellos, Rummins, es sencillamente perfecto, magistral. Y terrorífico, por cierto... (es más, prefiero no comentar absolutamente nada de qué va para no atenuar ni un ápice esa sensación en quien lo pueda leer). En cuanto al resto, El desratizador resulta bastante repelente, aunque fascinante a al vez (efectos que no es el primer cuento de Dahl que me causa, he de decir). El señor Hoddy -una práctica guía de cómo no tratar con tu futuro suegro- es de lo más divertido, incluso desternillante. y El señor Feasey y El campeón del mundo (éste último también se encuentra en la recopilación Relatos escalofriantes... aunque no sea demasiado escalofriante, en verdad) se encuadran en el género que podríamos denominar "mi gozo en un pozo" o "el cazador cazado"., como se prefiera. Bastante divertidos, en cualquier caso.

Otros títulos de Roald Dahl reseñados en Un Libro Al Día: Lady Turton, Cuentos en verso para niños perversos, Relatos de lo inesperado, Charlie y la fábrica de chocolate, Relatos escalofriantes



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