Javier Ceballos Jiménez: C. J. Tudor: El hombre de tiza


Idioma original: inglés
Título original: The Chalk Man
Año de publicación: 2018
Traducción: Carlos Abreu
Valoración: Está bien (más o menos)

Thriller truculentito con toque sobre natural, para leer en la playa o la piscina... o al amor de la lumbre en una casa en la montaña mientras se oye el ulular de los búhos al otro lado de la ventana o qué sé yo en el metro o donde sea, porque no es que se trate de una lectura muy exigente. Gratificante, sí... o no, según los gustos.

Si alguien se dedica a consultar en internet diversas reseñas sobre esta novela, encontrará con que se califica a su autora como la "Stephen King británica" (sospecho que hay una o un "Stephen King" en cada disitinto país, de todas formas); más aún, que el propio Stephen King in person la ha nombrado su heredera al trono (perdón por el juego de palabras) de la novela de misterio y terror. Si se indaga un poco más, nos encontraremos con que lo que dijo o escribió "el pasmo de Maine" fue algo así como que "a quien le gusten mis libros, le gustará el de C. J. Tudor". Que no es lo mismo... pero es algo tiene ya más sentido, porque es cierto que El hombre de tiza denota una influencia evidente de las novelas, tanto de las tramas como la forma de contar de King, hasta el punto de que casi podríamos decir que se trata de una especie de fanfiction : tenemos un protagonista de mediana edad, Ed Adams, que rememora acontecimientos a los que asistió junto a sus amigos treinta años atrás... sucesos perturbadores que parecen volver al presente (esto me suena de algún libro del Rey). En aquella época, en 1986, cuando tenían doce años, el grupo de chavales vivieron toda una serie de sucesos luctuosos, entre los que destaca el descubrimiento de un cadáver en el bosque -esto también me suena bastante-; todo envuelto en una atmósfera ominosa , con una aparente elemento sobrenatural que se manifiesta en un pequeño pueblo de Nueva Ingl... perdón, quiero decir del Sur de Inglaterra... Caray, si hasta podemos encontrar un guiño a El resplandor, aunque quizá involuntario... (y, ya que lo he leído hace poco, otro que no parece para nada involuntario a Good Omens).

Esto no significa, o no me gustaría dejar esa impresión, que la autora de la novela se haya limitado a pergeñar un pastiche "kingeniano", sin más... No, me parece que, en verdad, Tudor ha escrito una novela como ella quería y con toda la honestidad del mundo; al menos esa es la sensación que transmite, aunque sus influencias están ahí, que duda cabe. Entonces, ¿este libro está bien o sólo se deja leer y bastante...? Pues lo ideal para mí sería otorgarle una valoración intermedia, algo así como "se deja leer bastante bien", pero sospecho que esto ya sería tocarles las narices demasiado a los seguidores de este blog, a los que tanto queremos y tanto debemos. Así que vuelvo a la casilla de salida: si se anda buscando una lectura no digo ligera -no deja de ser una historia de crímenes sanguinarios, y tal-, pero que no exija un esfuerzo extraordinario al lector, entonces esta novela cumple los requisitos y está bien. pero si se busca algo de más enjundia, que deje siquiera algo de poso en el recuerdo de quien lo haya leído, me temo que este libro se deja leer, sí, pero nada más. Ahora, cada cual que elija lo que quiera.



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