Javier Ceballos Jiménez: Dorothy Scarborough: El viento

Idioma original: Inglés
Título original: The Wind
Traducción: Sara Álvarez Pérez
Año de publicación: 1925
Valoración: Recomendable
Nivel de "spoilers" de la reseña: Alto

Publicada originalmente de forma anónima, El viento es una novela sureña de principios de siglo XX a la que hay que reivindicar. En primer lugar, porque es una mezcla de literatura gótica y "western". También porque presenta, desde un enfoque pionero, una suerte de subtexto feminista. Y, sobre todo, porque es una delicia en lo que a fondo y forma respecta. Dicho lo cual, resulta cuanto menos curioso que esta obra de Dorothy Scarborough haya permanecido inédita en España hasta ahora. 

Letty, una joven huérfana obligada a dejar su casa en Virginia, se va a vivir a Texas con su primo. Las penalidades que allí experimentará le arruinarán la infancia. Y el viento... Para Letty, el viento es lo peor. No la pobreza o la soledad. No su vulnerabilidad y su dependencia. No la angustia de saber que, por su culpa, se han enfrentado personas que se conocen desde hace mucho tiempo. No la sequía, el hambre, la arena. No un matrimonio sin amor. El viento. El viento es lo que enloquecerá a nuestra desdichada protagonista.

A mi juicio, estos son los apartados más conseguidos de El viento:

  • Sus temas. 
  • La voz narrativa, capaz de acercarnos íntimamente a la protagonista de la historia sin tener que mimetizarse del todo con ella. 
  • Letty. Queda perfectamente definida su personalidad, así como la transición que experimenta tras su llegada a Texas.
  • La densidad psicológica de varios personajes. Mención especial para Letty y la mujer de su primo, Cora. 
  • Algunas de sus escenas, memorables y capaces de transmitir angustia, tensión o auténtico pavor según se tercie. 
  • Sus pertinentes contrastes. Esta novela superpone elementos antagónicos constantemente: el pasado con el presente,  la dureza del paisaje y los elementos del Oeste con la plácida naturaleza de Virginia, las diferencias existentes entre los habitantes de uno y otro lugar... 
  • La crítica social que transmite. A fin de cuentas, Scarborough reprocha en estas páginas la dependencia que el sexo femenino tenía en su época.
  • El acertado uso del viento como antagonista, transfigurado en un «semental satánico» al que el hombre no puede vencer.
  • Sus reminiscencias a las novelas inglesas decimonónicas (heroína ingenua, matrimonio prematuro, insinuación de fuerzas sobrenaturales...).

En otro orden de cosas, mis quejas son las siguientes:

  • El desarrollo de Sourdough no me parece orgánico. Su socio se casa con la chica de la que ambos están enamorados y al principio parece que eso le afecta, ¿pero luego se le pasa? Ya puestos, este personaje se ausenta en las últimas páginas de la historia, pues Scarborough es incapaz de cerrar su conflicto. Mal, muy mal.
  • Al final de El viento le falta algo. Me alegró que fuera menos previsible de lo que podría haber sido (logró darle una dimensión inesperada al personaje de Wirt Roddy, por ejemplo). Sin embargo, me faltó que acabara de cerrar algunas cosillas.  
  • En cuanto a esta edición de errata naturae, destacar que hay tramos en los que la traducción de Sara Álvarez Pérez se siente poco pulida. Especialmente en esos pasajes en los que hay que sobreentender quién dice o hace algo.

Esta novela fue adaptada por Víctor Sjöström al cine mudo en 1928. El desenlace de la película tuvo que ser cambiado por otro más edulcorado, pues el público lo consideró demasiado trágico. Sin comentarios...


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