Javier Ceballos Jiménez: Olga Tokarczuk: Un lugar llamado Antaño

Idioma original: polaco
Título original: Prawiek i inne czasy
Traducción: Bogumiła Wyrzykowska y Ester Rabasco Macías (ed. en castellano), Anna Rubió y Jerzy Sławomirski (ed. en catalán)
Año de publicación: 1996
Valoración: recomenable

Después de la lectura de «Los errantes», tocaba realizar una exploración más a fondo de la obra de Olga Tokarczuk, tras su proclamación como ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2018. Su estilo reflexivo, fragmentado, en determinadas ocasiones incluso poético, invitaban a profundizar en la obra de la autora polaca. Y decidí emprender mi propio viaje a Antaño, un viaje a una tierra inconcreta, pero especialmente un viaje a lo largo del tiempo.

A diferencia de «Los errantes», donde la historia englobaba todo el mundo y sus protagonistas eran personas errantes que viajan por todo el planeta, aquí nos encontramos con lo opuesto. Los protagonistas están todos ubicados en Antaño, región imaginaria que podríamos situar en medio de Polonia, y quien viaja no son sus personajes, sino el tiempo, que llega, deja su marca, su huella, y sigue su camino, barriendo vidas en ocasiones, sueños en otras, y dejando a su paso dos guerras mundiales, una ocupación rusa y múltiples atrocidades e infinitas desilusiones. De hecho, su título original («Prawiek i inne czasy») podría traducirse como «Antaño y otros tiempos», título más acorde al contenido del libro y a la idea que sobrevuela la narración.

Cabe indicar, de entrada, que uno no debe sentirse abrumado por la descripción geográfica del territorio que abre el libro ni los arcángeles que lo custodian. Su incidencia en la novela es mínima. Aun así, la autora, nos marca los límites geográficos de Antaño, para ubicarnos en el escenario donde se desarrollará toda la historia, para dejarnos claro que no nos moveremos de ahí y deja un ligero poso mental de límites geográficos, de encierro, de reclusión, de sitio. Y nos sitúa también temporalmente en el inicio de la historia de manera clara: año 1914, justo en el inicio de la primera guerra mundial.

Con esta premisa, la autora parte de uno de los personajes principales, Genowefa, que ve como su marido va a la guerra antes de que pudiera decirle que esperaban un hijo. Partiendo de este acontecimiento, y con capítulos cortos y altamente fragmentados (algo que parece ser un sello estilístico en la autora), Tokarczuk ya da una primera pincelada de qué nos quiere presentar: la vida de diferentes personas del pueblo, que de manera entrelazada tejen un mosaico desde el que nos hablan de la guerra, de la espera, del infortunio, de la vida y de la muerte. Así, los diferentes personajes aparecen y desaparecen, mientras la vida sigue para unos y se detiene para otros, sumergidos en una idea global de penurias y dificultades.

El estilo de Tokarczuk nos transmite escenas cotidianas, pequeñas historias que se entrelazan en un entorno muy delimitado, donde los personajes son retratados con personalidad muy propia sin que ninguno de ellos cope el protagonismo de manera absoluta, sino que es el entorno y las relaciones entre ellos los que ocupan el núcleo central de la novela, aunque sin dejar de lado las propias historias de cada uno; leer este libro es como echar una ojeada a las vidas y a lo que ocurre en las distintas casas, con la añadidura que, a las historias de sus habitantes, se les unen las de algunos animales (como una serpiente) que también participan de manera activa en la historia y nos la cuentan desde su punto de vista; salvando las distancias, me ha recordado en este aspecto a «Canto yo y la montaña baila» de Irene Solà por la fragmentación y el relato distribuido que caracterizan ambas novelas, aunque el tono y el estilo es muy diferente.

Los episodios (muy breves en algunos casos) o fragmentos empiezan por un «Tiempo de...» porque en el fondo, ese es el propósito de la autora, narrar sobre el tiempo, sobre cómo trascurre incidiendo en la vida de unas personas con vidas sencillas, en un lugar cualquiera. En una narración que roza en ocasiones lo místico, lo religioso y lo onírico como elementos orgánicamente integrados en los propios personajes, en el propio territorio y cultura popular, y que han hecho de Tokarczuk una autora clave en el realismo mágico; el estilo de la autora es muy terrenal, muy arraigado a un paisaje y es, a partir de él, donde la narración coge forma y se expande a través de unos personajes que nacen y mueren, viven y sueñan, anhelan y sufren. Porque esta novela trata de ilusiones y desesperos, dificultades y logros, pérdidas y éxitos.

Antaño se convierte en esta novela en una tierra de paso, de tropas alemanas primero, rusas después, pero también una tierra de paso de sus habitantes, de vidas cortas y alteradas, de fugaces deseos que la realidad explosiona y difumina; Antaño es realmente una tierra de paso, pero de paso del tiempo, que deja su marca en los elementos que, de manera transitoria, coinciden en un tiempo y una tierra, transitando en el devenir de una era de guerras y penurias. Un paso casi efímero, que tal y como indica Tokarczuk en uno de los pasajes del libro «el rasgo más característico de todo aquello que vio Izydor era la temporalidad».

Por todo ello, a pesar de ser un libro algo irregular, al que cuesta entrar al principio por la narración fragmentada y por algunas historias que en principio no tienen suficiente interés más allá del potente estilo narrativo de Tokarczuk, el libro mejora a partir de su mitad, volviéndose más duro y contundente. Es en su segunda mitad donde la narración avanza de manera firme e implacable con sus personajes, pero sin perder ni un ápice de su proximidad emocional. Porque, a pesar de esa contundencia y de las desgracias narradas, Tokarczuk consigue que conectemos con los personajes, que suframos con ellos, con Misia, con Izydor, y nos encariñamos de ellos mientras somos testigos que el tiempo avanza de manera inexorable haciendo mella en sus vidas y en sus deseos, y también en la de todos nosotros.

También de Olga Tokarczuk en ULAD: Los errantes


Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares