Javier Ceballos Jiménez: El último barco

El ultimo barco.

El ultimo barco.

El último barco (2019) es el tercer libro del autor vigués Domingo Villar. Protagonizada por el inspector Leo Caldas, el título supone el cierre a una serie de novela negra precedida por Ojos de agua (2006) y La playa de los ahogados (2009). El primer número de la trilogía obtuvo cifras comerciales modestas en comparación con las espectaculares cifras de ventas de la segunda entrega.

Por ende, no sorprendió cuando La playa de los ahogados fue adaptada exitosamente al cine en 2015, bajo la dirección de Gerardo Herrero. Al igual que la película, toda la trilogía transcurre principalmente en tierras gallegas. Todos los personajes involucrados con el hilo de los acontecimientos tienen algún tipo de vínculo con el mar y las Rías de Galicia.

Sobre el autor, Domingo Villar

Domingo Villar Vázquez nació en Vigo, el 6 de marzo de 1971. Fue estudiante de Historia en la Universidad de Santiago de Compostela, aunque posteriormente se trabajó como guionista para cine y televisión. Posteriormente ha sido comentarista gastronómico y literario en diversos medios en Madrid, ciudad donde reside en la actualidad.

Villar escribió originalmente en español y en gallego su trilogía de novela negra protagonizada por el inspector Leo Caldas. La serie ha sido traducida a varios idiomas y le ha valido varios galardones literarios y cinematográficos por su adaptación a la gran pantalla. Entre ellos, se pueden mencionar:

  • Premio Antón Lozada Rodríguez.
  • Premio de la Federación de Libreros de Galicia.
  • Premio Frey Martín Sarmiento.
  • Premio Sintagma.
  • Brigada 21.

Estilo propio, estilo de Galicia

A pesar de su relativa corta trayectoria literaria, Villa ha desarrollado una cualidad muy perseguida por muchos escritores (y conseguida por muy pocos): un estilo propio. En este sentido, la experiencia del autor vigués como guionista audiovisual es evidente en su modo de revivir tramas históricas. Son especialmente llamativas las atmósferas creadas en torno a personajes bastante profundos.

Asimismo, las descripciones de sus escenas son muy detalladas. La dinámica del hilo narrativo lleva un ritmo muy ameno y entretenido para el lector (no podía ser de otra manera con un autor tan perfeccionista). Sin atosigarlo con su prosa pero sin dejar de aportarle momentos de intriga y humor. En los cuales —por supuesto— no puede faltar una buena dosis de la ironía típica de los gallegos.

La trilogía de Leo Caldas según Domingo Villar

En declaraciones emitidas al canal Saturno Aragón, Villar afirmó que nunca planeó escribir una trilogía en torno al personaje de Leo Caldas. De hecho, los casos presentados en las tres publicaciones pueden ser leídos cada uno por separado, sin necesidad de llevar un orden específico.

Por otra parte, Villar insiste en la visión realista de su relato, a tal punto, que integra muchos sitios y personajes reales. Incluso, nombra a amigos suyos. Él se identifica a sí mismo como parte de un grupo de autores cuya intención ha “sacado del inframundo” a la novela negra. Sin ir muy lejos, destaca a la escritora del género, Fred Vargas, reciente ganadora del Premio Princesa de Asturias.

Domingo Villar.

Domingo Villar.

Argumento de El último barco

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Víctor Andrade, un eminente cirujano de Vigo, denuncia en la comisaría de la ciudad la desaparición de su hija Mónica. Una profesora treintañera con un estilo de vida muy sencillo (en comparación con el de su familia). De quien no se conoce paradero desde hace cinco días. Por ello, cuando entra en acción el inspector Leo Caldas junto con su asistente Rafael Estévez, las pistas son muy difusas.

El caso se encuentra bajo la supervisión del comisario Soto, cuya esposa fue intervenida por Andrade. De Mónica solo se sabe que vivía en una casita en Tirán, entre las localidades de Cangas y Moaña. Igualmente, en sus días de trabajo atravesaba la ría para impartir clases de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.

Resumen

El introspectivo inspector Caldas llega al otro lado de la ría para examinar la casa de la desaparecida. Su personalidad contrasta completamente con el brío y el atrevimiento (llegando en ocasiones hasta la terquedad) de su ayudante aragonés. La trama policíaca mezcla historias y elementos verdaderos con los mitos y leyendas de Galicia, todo muy bien documentado.

A medida que avanzan los interrogatorios entre los vecinos del Morrazo, el autor aprovecha para describir de forma magistral las locaciones únicas con sus habitantes. Del mismo modo, Villar realiza un homenaje implícito a la belleza del trabajo de los ceramistas de la zona y a los creadores de instrumentos musicales.

Otros personajes

Entre los personajes peculiares del enclave gallego se encuentran el biólogo marino Walter Cope, un inglés amigo de Mónica, su madre Rosalía y Andrés el Vaporoso, un pescador que cree en sirenas. No obstante, el sujeto más enigmático del lugar es Camilo Cruz, el joven de los dibujos magníficos (incapaz de comunicarse) que firma sus pinturas con un espiral.

Además, en la ciudad de Vigo tienen participación algunos de los colegas de Caldas, el alfarero Miguel Vázquez, el lutier Ramón Casal y Napoleón el filósofo vagabundo. El padre de Leo también llega de la frontera con Portugal y el inspector Vasconcelos, quien busca a un asesino en serie apodado El Caimán (llamado así porque deja sus víctimas en sitios fangosos).

Desarrollo de la investigación

Como buena novela negra, el taciturno protagonista tiene una evolución interna a medida que van desvelándose las claves de la investigación. Las pesquisas tienen lugar en ambos lados de la ría y paulatinamente las pistas, inicialmente difuminadas, apuntan al verdadero culpable. Si bien el final dejó inconformes a algunos lectores, es bastante congruente.

Frase de Domingo Villar.

Frase de Domingo Villar.

Análisis

Un libro de más de 700 páginas puede resultar intimidante. En caso de no estar lleno de sorpresas, se convierte —probablemente— en una lectura muy pesada. Sin embargo, Villar consigue mantener la expectativa hasta las últimas páginas sin necesidad de recurrir a giros dramáticos ni a situaciones o personajes muy histriónicos. Gracias, en parte, a una estructura sencilla de 151 capítulos cortos.

Eso sí, consigue un enganche muy efectivo a través de la profundidad de sus personajes, llenos de matices e imperfecciones, muy humanos, sumamente reales. Por consiguiente, el “truco” de Villar consiste en despertar la empatía (y el apego) de los lectores hacia sus personajes en una novela muy bien escrita.



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