Javier Ceballos Jiménez: Las lágrimas de Shiva

César Mallorquí

César Mallorquí

Las lágrimas de Shiva (2002) es la octava novela publicada del autor español César Mallorquí. Se trata de una historia de suspenso e las intrigas, en donde las relaciones intrafamiliares y el misterio dominan el hilo narrativo. Asimismo, a lo largo del texto se abordan temas como la amistad, los amores prohibidos y la exaltación que produce la revelación de un secreto.

El protagonista de la trama es Javier, un joven quinceañero muy aplicado con sus obligaciones escolares y aficionado a las lecturas de ciencia ficción. Él se encarga de contar en primera persona —varios años después— los acontecimientos ocurridos desde su llegada a Santander en el verano de 1969. Sería una temporada estival inolvidable y llena aventuras emocionantes.

Sobre el autor, César Mallorquí

Nacido en Barcelona el 10 de junio de 1953, César Mallorquí del Corral creció en el seno de una familia inclinada hacia la literatura. De hecho, su padre fue el escritor José Mallorquí (muy conocido por ser el creador de El Coyote). A pesar de publicar sus primeros relatos siendo un adolescente, el joven escritor catalán no se decidió por una carrera en letras.

Periodista, publicista y guionista

Mallorquín estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid (en la capital española residió desde que tenía un año junto a su familia). Allí también fue colaborador en la elaboración de guiones para la cadena SER cuando tenía 19 años. Tras graduarse, trabajó como periodista durante casi una década hasta su ingreso en el servicio militar a finales de los años 70.

En el transcurso de la década de 1980, Mallorquí trabajó principalmente en el mundo de la publicidad y con la creación de guiones televisivos. Luego, a principios de los 90 comenzó a plantearse en serio la posibilidad de dedicarse profesionalmente a la escritura. Entonces, influenciado por autores como Borges, Bester y Bradbury, entre otros, se inclinó por tramas de ciencia ficción y fantasía.

Trayectoria literaria y reconocimientos

Previo a la publicación de su primera novela, La vara de hierro (1993), César Mallorquí ya había recibido varios premios por su labor como guionista. Entre ellos, el Premio Aznar 1991 por El viajero perdido, así como el Premio Alberto Magno 1992 y 1993 por La pared de hielo y El hombre dormido, respectivamente. Su primera novela galardonada fue El coleccionista de sellos (Premio UPC 1995).

De hecho, este último título significó un punto de despegue en su destacadísima carrera de escritor. En total, ya ha publicado más de dos docenas de textos con su firma, incluyendo dos antologías, una trilogía y ha participado en la elaboración de cuatro libros colectivos. En 2015, toda la obra del autor catalán fue reconocida con el Premio Cervantes Chico.

Obras más destacadas

Las lágrimas de Shiva ha sido uno de los lanzamientos de César Mallorquí más aclamados por la crítica y los lectores. No en vano, este título obtuvo los premios Edebé de Literatura Juvenil 2002 y el Liburu Gaztea 2003. Aunque, sin lugar a duda, su libro más premiado ha sido La isla de Bowen (2012), ganador de los siguientes galardones:

  • Premio Edebé de Literatura Juvenil 2012.
  • Premio El Templo de las Mil Puertas 2012.
  • Lista de Honor del International Board of Books for Young People
  • Premio Nacional de Literatura Juvenil 2013.

Análisis de Las lágrimas de Shiva

Las lágrimas de Shiva.

Las lágrimas de Shiva.

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Estilo

El lenguaje empleado por el narrador protagonista es propio de un muchacho de quince años. No obstante, debido a su devoción por los libros, Javier es capaz de articular con un léxico de adulto mezclado con algunos rasgos de jerga coloquial. Aún cuando no son muy frecuentes, existen algunos segmentos en los cuales el autor demuestra un lenguaje muy culto, con diálogos minuciosamente elaborados.

Estructura, tiempo y espacio

Al principio de la historia, el protagonista se encuentra en Madrid. Pero, a causa del temor a contagiarse de la tuberculosis de su padre, Javier es enviado a Santander. Específicamente, a la casa de sus tíos —Villa Candelaria, una casona del siglo XIX— entre los meses de julio y septiembre de 1969. En ese inmueble transcurren la mayoría de los hechos relatados en los doce capítulos que componen la novela.

Personajes

Junto al mencionado Javier, en el desarrollo de la historia intervienen Violeta Obregón, una muchacha quinceañera inteligente de comportamiento un poco arrogante y provocador. Ellos dos son los encargados de develar el misterio de la desaparición de Beatriz Obregón y de las joyas conocidas como las Lágrimas de Shiva.

La apasionada Rosa Obregón es otro personaje relevante; tiene un romance con Gabriel, el primogénito de los Mendoza. Pero es un amor prohibido debido a la enemistad existente entre los Mendoza y los Obregón desde hace más de ocho décadas. Adicionalmente, en la obra aparecen otros personajes con un peso importante, ellos son:

  • “La rebelde” Margarita Obregón.
  • Alberto, el hermano de Javier.
  • La tía Adela.
  • El tío Luis.
  • Gabriel Mendoza.
  • La Sra. Amalia.

Resumen

Inicio

En los tres primeros capítulos, Javier cuenta cuando fue enviado a Santander junto con su hermano mayor, Alberto (de 17 años). En esos pasajes detalla en la enfermedad de su padre, el paisaje y los pormenores de su traslado. Al llegar a tierras cántabras, conoció a sus tíos Adela y Luis con sus respectivas hijas: Rosa (18), Margarita (17), Violeta (15) y Azucena (12).

Una vez instalado en Villa Candelaria, Javier comenzó a sentir una presencia extraña (impregnada de un profundo olor a nardos) y registró algunos eventos curiosos. Se trataba de las escapadas nocturnas de su prima Rosa. Así como la construcción de un dispositivo de movimiento perpetuo por parte de su tío Luis en el taller del sótano de la villa.

El misterio de la tumba vacía

En una visita al mausoleo familiar, Violeta le contó a Javier la historia de Beatriz Obregon. Ochenta años atrás, Beatriz estaba destinada a casarse con Sebastián Mendoza (quien le regaló un ostentoso collar de esmeraldas para demostrar su amor). Pero, poco antes de la boda,Beatriz desapareció y los Mendoza exigieron la devolución de la valiosa prenda.

Frase de César Mallorquí.

Frase de César Mallorquí.

Cuando las piedras preciosas tampoco aparecieron, los Mendoza acusaron a Beatriz de haber escapado con las Lágrimas de Shiva. Mientras tanto, Rosa continuó su romance prohibido (con Gabriel Mendoza), así como Violeta y Javier se volvieron más cercanos debido a su gusto compartido por la literatura. Si bien la chica desestimaba el género de la ciencia ficción.

Un nombre manchado

Después de realizar averiguaciones en un puerto santanderino, Violeta y Javier presumieron que Beatriz escapó en un barco llamado Savanna. Allí, presuntamente, la mujer habría sido asesinada por el capitán para robarle las joyas. Entretanto, Javier relata como presenció por televisión el despegue de la nave Apolo XI con destino a la luna (posteriormente se narran el alunizaje y el retorno).

Amores prohibidos

Un nombre apareció en el espejo del baño después de que Javier tomó una ducha. Entonces, Violeta supone haber resuelto el enigma. Más adelante, el romance entre Gabriel y Rosa salió a la palestra, por lo cual, se reafirmaron las posturas de prohibición y animadversión entre las familias Mendoza y Obregon. En consecuencia, a pedido de Rosa, Javier hizo de cartero entre los enamorados.

Luego, Javier y Violeta conocieron a la Amalia Bareyo, la doncella de los Obregon en los tiempos de la desaparición de Beatriz. La Sra. explicó como los Obregon eran personas muy hurañas, a excepción de Beatriz, más se rehusó a seguir la conversación cuando los muchachos mencionaron al Savanna.

Una carta y una aparición sobrenatural

La curiosidad de Javier y Violeta los llevó a descubrir una serie de cartas ocultas en un baúl. Las misivas revelaron el amor recíproco entre Beatriz y el capitán Simón Cienfuegos, quienes se fugaron a América. Por consiguiente, los muchachos aceptaron la versión de la historia de amor hasta que el fantasma de Beatriz se le apareció a Javier.

Antes de desvanecerse definitivamente, el espectro escribió la palabra Amalia en el polvo de un escritorio. Finalmente, Javier consiguió el collar y entendió la implicación de la Sra. Amalia en la desaparición de las joyas. Sin embargo, Violeta no le creyó y se molestó con él. Finalmente, el muchacho entregó las Lágrimas de Shiva a su tío Luis, quien, a su vez, devolvió las piedras a los Mendoza.

El fin de la enemistad

Con el honor de Beatriz restaurado, Gabriel y Rosa pudieron comprometerse. El término de la estación veraniega culminó con los típicos paseos a la playa y algún percance con la policía causado por “la rebelde” Margarita. Además, Javier descubrió que Violeta estaba enamorada de él y —gracias a una conversación con Azucena— admite sus propios sentimientos hacia ella.

Cinco años después, Rosa y Gabriel se casaron tras culminar sus estudios. En la boda, Rosa llevó el vestido de Beatriz junto con las Lágrimas de Shiva. Finalmente, en las últimas líneas, se menciona que Margarita estudió en París, Azucena en la NASA y que Javier le declaró su amor a Violeta cuando se despidieron en la estación del tren al final del verano de 1969.



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