Javier Ceballos Jiménez: The Peripheral, de William Gibson

  • El autor canadiense padre del ciberpunk presenta un mundo diferente.
  • Vuelve a retomar la ciencia ficción más canónica.
Portada de The Peripheral.

Tras el innegable éxito de Neuromante y la llamada Trilogía del Sprawl, William Gibson marcó las bases para casi todo el desarrollo posterior del género ciberpunk. Sin embargo, convencido de que el mundo en el que vivimos está a punto de dar el salto a un futuro emocionante, su estilo cambió casi por completo en Mundo espejo, novela que apenas se adentraba unos años desde nuestro presente, abandonando la especulación más arriesgada. Con The Peripheral, Gibson retoma la ciencia ficcón, mezclando sus dos grandes líneas narrativas.

Y es que, en esta novela, Gibson mezcla dos momentos bastante diferenciados. Uno, en la línea de Mundo espejo o Historia cero, con un mundo que podría ser el nuestro con unos pequeños avances tecnológicos y que podría estar apenas a una década de distancia, y otro, en un futuro bastante más lejano -aunque sin pasarse-, con grandes diferencias sociales y tecnológicas.

¿Cuál es el argumento de The Peripheral? Bien, una joven, Flynne, recibe el encargo de una empresa de videojuegos para manejar un dron en un entorno simulado, garantizando la seguridad, y privacidad, de una mujer. Lo que presencia Flynne durante ese trabajo cambiará por completo su vida.

Y es que en realidad, esa empresa de videojuegos no es tal, sino que se trata de un grupo situado en el futuro, con la capacidad de comunicarse con el pasado, y que puede crear variantes de la línea temporal, que son llamados muñones. El contacto con Flynne, y su grupo de amigos que malviven en unos renqueantes Estados Unidos, ha creado uno de esos muñones. Pero la información que posee Flynne es tan importante que necesitan que viaje al futuro. ¿Físicamente? No, claro. Pero sí transmitiendo su consciencia.

La historia presenta los típicos puntos enrevesados y complejos de toda novela de Gibson. No, no es fácil de leer, porque el autor siempre se gusta a sí mismo tratando de dar por sentado este tipo de conceptos, como el de los muñones, sin demasiada explicación. Normalmente le sale bastante bien, aunque es cierto que puede apartar a muchos lectores en un primer momento.

Por otro lado, la visión de Gibson sobre el futuro, tanto cercano como lejano, es fascinante, como siempre. La invención de los periféricos -seres robóticos que pueden ser habitados por inteligencias artificiales o humanas, es muy interesante, así como toda la descripción de la sociedad estadounidense y su adaptación a las nuevas tecnologías, como las impresoras 3D.

The Peripheral es una novela interesante, pero que quizá no acaba de cuajar por esa dualidad entre ciencia ficción más avanzada y breve anticipación, que se une al típico misterio de novela negra al que Gibson es tan proclive. Y es que a Gibson siempre se le exige un poco más que a los demás.



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